martes, 25 de octubre de 2011

ORACIÓNES SIMBÓLICAS PARA CREAR ENCUENTROS SIMBÓLICOS



Quejas De Jesús a Sus Seguidores.
Me dices que soy Maestro y no me preguntas.
Me dices que soy luz y no me ves.
Me dices que soy Verdad y no me crees.
Me dices que soy Sabio y no te fías de Mí.
Me dices que soy Bueno y no me amas.
Me dices que soy Rico y no me pides.

Me dices que soy Eterno y no me buscas.
Me dice que soy Misericordioso y no confías en Mí.
Me dices que soy Rey y no me sirves.
Me dices que soy Omnipotente y no me honras.

Me dices que soy justiciero y no me temes.
... ¿Cuántas veces Jesús puede reprocharnos esto?

Este Jesús de Nazaret, sin armas no dinero, conquistó más millones de personas que Alejandro, que César o Napoleón. Sin contar con cultura ni conocimientos, arrojó mayor luz sobre los humanos y lo divino que todos los filósofos y estudiosos que han existido. Sin elocuencia académica alguna, pronunció Palabras de Vida como nunca se había oído ni han vuelto a repetirse desde entonces, generando efectos que ningún poeta ni orador ha logrado jamás. Sin haber redactado una sola línea, impulsó más plumas y proporcionó mayor cantidad de temas para sermones, oraciones, debates, tratados eruditos, obras de arte y canciones de alabanza, que todas las legiones de hombres brillantes que ha habido en el pasado y en tiempos modernos.
Más de 20 largos siglos han transcurrido desde su nacimiento y aún sigue siendo la figura central de la humanidad y la única esperanza para su futuro. Me quedo corto si digo que todos los Ejércitos que han marchado, todas las Flotas de Guerra que se han contraído, todos los parlamentos que ha habido y todos los reyes que han reinado, en conjunto, no han ejercido un influencia tan grande en la vida del hombre en este mundo como la de este Único Ser.
Yo Jesús.

Señor:

No quiero pedirte nada especial ni inalcanzable, como ocurre con otros niños que se dirigen a Ti cada noche.

Tú eres bueno y proteges a todos los niños de la tierra, hoy quiero pedirte un gran favor, sin que se enteren mis padres.

Transfórmame en un televisor, para que mis padres me cuiden como cuidan al televisor, para que me miren con el mismo interés con que mi madre mira su telenovela preferida, o mi padre su programa deportivo. Quiero hablar como ciertos animadores que cuando lo hacen, toda mi familia se calla para escucharlos con atención y sin interrumpirlos.

Quiero ver a mi madre suspirar frente a mí como lo hace cuando ve desfiles de moda; o poder hacer reír a mi padre como lo logran ciertos programas humorísticos, o simplemente que me crean cuando les cuento mis fantasías sin necesidad de decir: “¡Es cierto!, yo lo escuché en la tele”.

Quiero representar al televisor para ser el rey de la casa, el centro de atención que ocupa el mejor lugar, para que todas las miradas se dirijan a mí. Quiero sentir sobre mí la preocupación que experimentan mis padres cuando el televisor comienza a fallar y rápidamente llaman al técnico.

Quiero ser televisor para ser el mejor amigo de mis padres, el héroe favorito, el que más influya en sus vidas, el que recuerde que soy su hijo y el que ojalá les mostrara más paz que violencia.

Señor, por favor: déjame ser televisor aunque sea por un día.
PIENSA PADRE Y ANALIZA TU ACTUAR                                  

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