martes, 25 de octubre de 2011

Cristología En Clave Del Evangelio. Oracion Inicial Del curso

Muchas veces pasamos por la vida como impermeables: nada nos toca, nada nos asombra, todo nos resbala. Somos como las piedras de un río, el agua pasa pero ellas permanecen secas en su interior. Pero en algún momento, sin quererlo ni esperarlo, Jesús se fija en nosotros y nos toca. Cuando esto ocurre nuestra vida necesariamente tiene un vuelco, no podemos seguir siendo los mismos y nos sumergimos en el agua de la vida viviendo al estilo de  Jesús.

Tarde te amé,
hermosura tan antigua y tan nueva, 
tarde te amé!

Y ves que tú estabas dentro de mí y yo fuera,
Y por fuera te buscaba;

Y deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas
que tú creaste.

Tú estabas conmigo mas yo no lo estaba contigo.

Me retenían lejos de ti aquellas cosas que,
si no estuviesen en ti, no serían.

Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera:
Brillaste y resplandeciste, y fugaste mi ceguera;
Exhalaste tu perfume y respiré, y suspiro por ti;
Gusté de ti, y siento hambre y sed;
Me tocaste y me abrasé en tu paz.

Nos hiciste, Señor, para ti, 
y nuestro corazón estará inquieto 
hasta que descanse en
San Agustin De Hipona.

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